Datos de 2024:
evisión del año

Tras la ola de Ómicron a principios de 2022, la ocupación global comenzó a estabilizarse, siguiendo patrones similares hasta 2024. En 2024, la demanda disminuyó ligeramente durante los meses de verano en el hemisferio norte, mientras que aumentó ligeramente durante los meses de verano en el hemisferio sur.

Con la fase de «venganza» de los viajes post-pandemia ya finalizada, se espera que el crecimiento se mantenga moderado en 2025, aunque con importantes variaciones regionales. A nivel global, la fortaleza de la demanda depende de varios factores impredecibles, entre ellos:

• Las fluctuaciones de la inflación y su impacto en el gasto en viajes
• La recuperación continua de los viajes de grupo y de negocios
• La reactivación del turismo emisor chino
• La trayectoria de los conflictos geopolíticos en Ucrania y Oriente Medio
• La fortaleza del dólar estadounidense
• El impacto de la segunda administración Trump en las políticas globales de viajes

A diferencia de años anteriores, los hoteleros no pueden depender del crecimiento orgánico del mercado para impulsar la ocupación en 2025. En su lugar, deben centrarse en captar cuota de mercado mediante estrategias específicas como mejorar los precios dinámicos, desarrollar ofertas basadas en experiencias y atraer nuevos segmentos de viajeros.

El ritmo de ocupación – la velocidad a la que se reservan las habitaciones para fechas futuras – ofrece información sobre las tendencias de reserva y los patrones de demanda. Los datos de 2022 a 2024 muestran que las reservas a corto plazo fueron más débiles en 2022 (debido a la reticencia relacionada con Ómicron), pero que, por lo demás, el ritmo se mantuvo constante durante los tres años.

El patrón muestra un aumento constante en las reservas de 190 a 60 días antes de la llegada, seguido de una aceleración pronunciada de 30 a 10 días antes, y un último repunte en los últimos 10 días. En 2024, por ejemplo, la ocupación hotelera creció 16 puntos porcentuales en los 10 días inmediatamente anteriores a la llegada.

Al monitorizar el ritmo de ocupación, los hoteles pueden aumentar estratégicamente las tarifas durante períodos de alta demanda y ajustar de forma proactiva los esfuerzos de marketing para impulsar las reservas durante períodos de baja actividad.

Las agencias de viajes online (OTAs) captaron el 61% de las reservas para propiedades independientes en 2024, un aumento del 1% respecto a 2023. En contraste, los hoteles de marca dependen mucho menos de las OTAs, con una cuota de OTAs de solo el 35%, según Phocuswright. Esto destaca cómo los hoteles de cadena son más eficaces a la hora de conseguir reservas directas que las propiedades independientes.

Aunque las OTAs siguen siendo un canal vital para la visibilidad y las reservas, una dependencia excesiva de ellas puede erosionar la rentabilidad debido a las altas comisiones. Para atraer a los públicos adecuados mientras maximizan las reservas directas, los hoteles independientes deberían centrarse en proporcionar una experiencia de reserva directa sin complicaciones a la vez que mantienen una estrategia de distribución equilibrada, ampliando su presencia en OTAs convencionales y de nicho.

Hacer un seguimiento de con cuánta antelación reservan los huéspedes ayuda a los hoteles a mejorar las previsiones y optimizar las estrategias de precios. En 2024, las ventanas de reserva promedio variaron drásticamente según el país. Las ventanas más cortas se dieron en Filipinas (17,6 días) y México (18,6 días), mientras que las más largas fueron en Canadá (38,4 días) e Indonesia (45,3 días).

Las ventanas de reserva más largas dan a los hoteles más tiempo para anticipar las fluctuaciones de la demanda, permitiéndoles aumentar las tarifas en períodos de alta demanda y lanzar campañas para impulsar los períodos más lentos. Para fomentar las reservas anticipadas, los hoteles pueden ofrecer incentivos por reserva anticipada, dirigirse a segmentos que reservan con mayor antelación y evitar los descuentos excesivos en estancias de última hora.

Después de años de rápido crecimiento, el ADR global disminuyó un 1% en 2024, reflejando una demanda más suave y una mayor sensibilidad al precio. Teniendo en cuenta la inflación global del 5,4% en 2024, la disminución real del ADR es aún más pronunciada.

De cara al futuro, se prevé que la inflación general caiga al 3,3% en 2025, sin embargo, se proyecta que las tarifas de las habitaciones aumenten solo un 2,6% a nivel global en 2025, lo que significa que los hoteles volverán a ver una disminución en los ingresos reales.

Para compensar los impactos de la inflación, los operadores de alojamiento necesitan diseñar estrategias para hacer crecer el ADR por encima de los niveles del mercado. Esto incluye refinar las estrategias de segmentación y precios, invertir en reservas directas y mejorar el valor percibido a través de experiencias premium, paquetes con valor añadido y gestión de la reputación.